El conflicto del uranio enriquecido

El conflicto nuclear que el Gobierno iran� mantiene con Occidente ha pasado por altibajos en los �ltimos a�os. El centro de la crisis radica en el proceso de enriquecimiento de uranio, clave para obtener armas at�micas, que Ir�n quiere desarrollar en su territorio. Mientras que el r�gimen de los ayatol�s asegura que s�lo lo utiliza con fines civiles, EEUU y la UE temen que quiera aprovecharlo con objetivos militares.
En el verano de 2002, el Organismo Internacional de la Energ�a At�mica (OIEA), dependiente de Naciones Unidas y recientemente galardonado con el Nobel de la Paz, descubri� las partes clandestinas del programa at�mico iran�. Hab�an estado ocultas durante 18 a�os e inclu�an la importaci�n de compuestos para centrifugadoras que sirven para producir uranio enriquecido. Salt� entonces la alarma sobre la posibilidad de que esta rep�blica isl�mica fabrique armas at�micas y comenz� un tenso tira y afloja diplom�tico con las grandes potencias occidentales, que se ha visto reavivado con la llegada al poder en junio de 2005 del ultraconservador Mahmud Ahmadineyad.
Y es que el enriquecimiento de uranio es la parte m�s sensible del ciclo de combusti�n nuclear, ya que tiene tanto aplicaciones civiles como militares, en funci�n del grado de pureza del material producido. As�, permite fabricar desde combustible para las plantas nucleares de generaci�n el�ctrica -para lo que Ir�n asegura que lo utiliza- hasta la carga de una bomba at�mica.
El Tratado de No Proliferaci�n de armas nucleares (TNP), al que pertenece Ir�n, no proh�be este proceso siempre y cuando tenga objetivos pac�ficos. Sin embargo, seg�n el OIEA esa buenas voluntades no se han podido comprobar en el caso iran�.
Las mayores sospechas surgen en la Administraci�n estadounidense de George W. Bush, que ha incluido a este pa�s en su particiular 'Eje del Mal'. Le se�ala como fuente de terrorismo isl�mico y asegura que oculta un programa secreto para la adquisici�n de armas nucleares. Incluso ha advertido a Teher�n de que no descarta la v�a militar como �ltimo recurso para resolver el conflicto.
En el verano de 2002, el Organismo Internacional de la Energ�a At�mica (OIEA), dependiente de Naciones Unidas y recientemente galardonado con el Nobel de la Paz, descubri� las partes clandestinas del programa at�mico iran�. Hab�an estado ocultas durante 18 a�os e inclu�an la importaci�n de compuestos para centrifugadoras que sirven para producir uranio enriquecido. Salt� entonces la alarma sobre la posibilidad de que esta rep�blica isl�mica fabrique armas at�micas y comenz� un tenso tira y afloja diplom�tico con las grandes potencias occidentales, que se ha visto reavivado con la llegada al poder en junio de 2005 del ultraconservador Mahmud Ahmadineyad.
Y es que el enriquecimiento de uranio es la parte m�s sensible del ciclo de combusti�n nuclear, ya que tiene tanto aplicaciones civiles como militares, en funci�n del grado de pureza del material producido. As�, permite fabricar desde combustible para las plantas nucleares de generaci�n el�ctrica -para lo que Ir�n asegura que lo utiliza- hasta la carga de una bomba at�mica.
El Tratado de No Proliferaci�n de armas nucleares (TNP), al que pertenece Ir�n, no proh�be este proceso siempre y cuando tenga objetivos pac�ficos. Sin embargo, seg�n el OIEA esa buenas voluntades no se han podido comprobar en el caso iran�.
Las mayores sospechas surgen en la Administraci�n estadounidense de George W. Bush, que ha incluido a este pa�s en su particiular 'Eje del Mal'. Le se�ala como fuente de terrorismo isl�mico y asegura que oculta un programa secreto para la adquisici�n de armas nucleares. Incluso ha advertido a Teher�n de que no descarta la v�a militar como �ltimo recurso para resolver el conflicto.
Acuerdos incumplidos
Tras arduas negociaciones, en octubre de 2003 Ir�n acord� con los ministros de Exteriores de Alemania, Francia y el Reino Unido (UE-3) una suspensi�n voluntaria de su programa de enriquecimiento de uranio. A cambio, la UE-3 se compromet�a a buscar una soluci�n negociada al contencioso en vez de impulsar una denuncia contra este pa�s en el Consejo de Seguridad de la ONU.
La senda positiva prosigui� en noviembre de 2004, cuando se sell� el llamado Acuerdo de Par�s, en el que Ir�n reiteraba su voluntad de mantener suspendido su programa nuclear mientras negociaba con la UE un amplio paquete de incentivos econ�micos, pol�ticos y nucleares a cambio de no fabricar su propio combustible.
Sin embargo, en agosto de 2005, con Ahmadineyad ya en el poder y ante la supuesta falta de progreso en las negociaciones, decidi� reactivar la planta de conversi�n de uranio que posee en la zona de Isfah�n, en el centro del pa�s, donde se transforma el polvo en bruto de uranio en gas, como paso previo para enriquecer ese mineral. Las conversaciones con l
os europeos quedaron interrumpidas.
El 21 de diciembre, la UE-3 volvi� a reunirse con una delegaci�n iran� para analizar la posibilidad de retomar el di�logo. Tras ocho horas de conversaciones, acordaron reunirse de nuevo en enero. D�as despu�s, el anuncio de Ir�n de que va a reanudar los trabajos de investigaci�n y desarrollo nuclear que suspendi� en 2003 vuelve a a dejar en suspenso la posibilidad de un acuerdo.
En el aire queda tambi�n la propuesta rusa de que la Rep�blica Isl�mica prosiga con su programa nuclear, pero desarrolle el enriquecimiento de uranio en este pa�s, bajo la vigilancia de la comunidad internacional. Ir�n lo rechaza con el argumento de que tiene derecho a hacerlo dentro de sus propias fronteras.
Tras arduas negociaciones, en octubre de 2003 Ir�n acord� con los ministros de Exteriores de Alemania, Francia y el Reino Unido (UE-3) una suspensi�n voluntaria de su programa de enriquecimiento de uranio. A cambio, la UE-3 se compromet�a a buscar una soluci�n negociada al contencioso en vez de impulsar una denuncia contra este pa�s en el Consejo de Seguridad de la ONU.
La senda positiva prosigui� en noviembre de 2004, cuando se sell� el llamado Acuerdo de Par�s, en el que Ir�n reiteraba su voluntad de mantener suspendido su programa nuclear mientras negociaba con la UE un amplio paquete de incentivos econ�micos, pol�ticos y nucleares a cambio de no fabricar su propio combustible.
Sin embargo, en agosto de 2005, con Ahmadineyad ya en el poder y ante la supuesta falta de progreso en las negociaciones, decidi� reactivar la planta de conversi�n de uranio que posee en la zona de Isfah�n, en el centro del pa�s, donde se transforma el polvo en bruto de uranio en gas, como paso previo para enriquecer ese mineral. Las conversaciones con l

El 21 de diciembre, la UE-3 volvi� a reunirse con una delegaci�n iran� para analizar la posibilidad de retomar el di�logo. Tras ocho horas de conversaciones, acordaron reunirse de nuevo en enero. D�as despu�s, el anuncio de Ir�n de que va a reanudar los trabajos de investigaci�n y desarrollo nuclear que suspendi� en 2003 vuelve a a dejar en suspenso la posibilidad de un acuerdo.
En el aire queda tambi�n la propuesta rusa de que la Rep�blica Isl�mica prosiga con su programa nuclear, pero desarrolle el enriquecimiento de uranio en este pa�s, bajo la vigilancia de la comunidad internacional. Ir�n lo rechaza con el argumento de que tiene derecho a hacerlo dentro de sus propias fronteras.
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