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20 marzo 2006

Los observadores internacionales denuncian el fraude de las elecciones en Bielorrusia

El presidente Lukashenko, proclamado vencedor con un 83% de los votos, pide que se respete la "voluntad popular"
AGENCIAS - Minsk
ELPAIS.es - Internacional - 20-03-2006
Los observadores electorales de la OSCE han concluido que los comicios presidenciales celebrados ayer en Bielorrusia no reunieron las condiciones democráticas suficientes para considerarlos “libres y democráticos”. La Comisión Electoral del país declaró la victoria del presidente, Alexander Lukashenko, por un 83% de los votos. Ante esta situación, la Unión Europea estudia imponer sanciones al régimen de Lukashenko, quien ha pedido que se respete la "voluntad popular".
La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), que se encarga de supervisar el desarrollo de los procesos electorales en multitud de países, ha anunciado esta mañana que su misión en Bielorrusia, integrada por 500 personas, ha recavado pruebas que demuestran que la democracia en el país “está en pañales”.
El presidente del Consejo de Europa, Terry Davis, ha calificado de "farsa" las elecciones y ha valorado que el índice de participación y la victoria de Lukashenko, con un 83% de los votos, son "extrañamente elevados". En su opinión, el "principal problema" no es que el Gobierno de Lukashenko haya podido manipulado las urnas, sino "que se hayan hecho trampas" durante el período anterior a la cita electoral.
En este mismo sentido se ha manifestado la Federación Internacional de Helsinki (FIH) que denuncia "numerosas" violaciones de los estándares internacionales. "Son tantas que no sé por dónde empezar", asegura Aaron Rhodes, director ejecutivo de la FIH, “desde el comienzo de la campaña electoral, con amenazas contra la oposición e intentos de intimidar a la población".
A su vez, la Casa Blanca ha emitido un comunicado en el que dice que Estados Unidos no acepta los resultados de las elecciones en Bielorrusia y considera que la campaña del presidente Lukashenko se llevó a cabo “en un clima de temor”. “Apoyamos la convocatoria de unas nuevos comicios”, anunció el portavoz Scott McClellan.
Respeto a la “voluntad popular”
Esta visión ha sido contradicha públicamente por los enviados por la Comunidad de Estados Independientes (CEI), la organización que aglutina a los países de la antigua URSS, que asegura que las elecciones fueron "abiertas y transparentes" y denuncian una "campaña de presión exterior sin precedente". Rusia, miembro de referencia de la CEI, también ha respaldado el resultado por boca de su ministro de Asuntos Exteriores.
Por su parte, Lukashenko ha exigido que se respete la "voluntad popular" expresada en los comicios. "El pueblo bielorruso ha hecho su opción de manera consciente, sabia y sopesada", ha afirmado Lukashenko, quien hizo un llamamiento a todas las fuerzas políticas a no utilizar las elecciones como un "factor de discordia y confrontación".
En una conferencia de prensa, Lukashenko ha defendido el procedimiento de votación adelantada, denunciado por los opositores como el principal recurso del fraude y aseguró que es una manifestación de cómo el Estado crea condiciones para que las personas puedan ejercer sus derechos ciudadanos.
Frente a él, el líder de la oposición, Alexander Milenkevich, ha asegurado que en vez de elecciones se ha celebrado una "usurpación del poder" y ha exigido la repetición de los comicios. La Comisión Electoral ha señalado que Milinkevich obtuvo únicamente el 6% de los votos.
Sanciones
Ante las graves dudas sobre el proceso electoral bielorruso, la comisaría europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, ha advertido de que "es muy probable" que la UE adopte sanciones contra Minsk como la prohibición de expedir visados a los responsables electorales porque "no tenemos ninguna intención de hacer daño al pueblo bielorruso".
La UE ya ha limitado a un mínimo los contactos con las autoridades de Minsk y ha prohibido la entrada a seis altos funcionarios bielorrusos acusados de violaciones de los derechos humanos, de la desaparición de miembros de la oposición y de fraude electoral.
Sin embargo, la Comisión Europea mantiene su apoyo a la sociedad civil bielorrusa, a la que concedió 9 millones de euros en ayudas en 2005.