Exiliados de Cuba celebraron por el estado de salud del mandatario Fidel Castro

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Momentos de espanto, duda, incredulidad y escepticismo precedieron, momentáneamente, a los repetidos gritos y consignas de “Viva Cuba”, “Que muera el tirano” o “Cuba libre”, que protagonizaron miles de cubanos en Miami como parte del entorno de una celebración sin atenuantes reprimida por muchos años.

La razón no era otra sino la posibilidad real de que en cualquier momento el comandante y jefe de las Fuerzas Militares y del gobierno de Cuba, Fidel Castro, podría morir.

La algarabía, la euforia popular, las banderas, los carros pitando y grandes multitudes aglutinadas en los populares sitios cubanos como el famoso Café Versalles, donde horas antes había estado de visita el presidente George W. Bush, reflejaban el momento de alegría y excitación de miles de cubanos en el exilio.

Carmenza Torres, una cubana de 67 años, se atrevió a decir, “que coincidencia, hace unas horas estuvo el presidente Bush acá en el Versalles y el impacto fue tanto que alcanzó para llevarse a Castro por delante”.

En los rostros de decenas de cubanos también quedaban al descubierto lágrimas de felicidad y al mismo tiempo de amargura por todos los años de tristezas y penas por las que millones de exhiliados han tenido que atravesar para alcanzar la libertad.