Portada > Internacional

  Internacional
 
  Publicidad
 
  Visor de Artículos

04 enero 2006

El conflicto del uranio enriquecido



El conflicto nuclear que el Gobierno iran� mantiene con Occidente ha pasado por altibajos en los �ltimos a�os. El centro de la crisis radica en el proceso de enriquecimiento de uranio, clave para obtener armas at�micas, que Ir�n quiere desarrollar en su territorio. Mientras que el r�gimen de los ayatol�s asegura que s�lo lo utiliza con fines civiles, EEUU y la UE temen que quiera aprovecharlo con objetivos militares.
En el verano de 2002, el Organismo Internacional de la Energ�a At�mica (OIEA), dependiente de Naciones Unidas y recientemente galardonado con el Nobel de la Paz, descubri� las partes clandestinas del programa at�mico iran�. Hab�an estado ocultas durante 18 a�os e inclu�an la importaci�n de compuestos para centrifugadoras que sirven para producir uranio enriquecido. Salt� entonces la alarma sobre la posibilidad de que esta rep�blica isl�mica fabrique armas at�micas y comenz� un tenso tira y afloja diplom�tico con las grandes potencias occidentales, que se ha visto reavivado con la llegada al poder en junio de 2005 del ultraconservador Mahmud Ahmadineyad.
Y es que el enriquecimiento de uranio es la parte m�s sensible del ciclo de combusti�n nuclear, ya que tiene tanto aplicaciones civiles como militares, en funci�n del grado de pureza del material producido. As�, permite fabricar desde combustible para las plantas nucleares de generaci�n el�ctrica -para lo que Ir�n asegura que lo utiliza- hasta la carga de una bomba at�mica.
El Tratado de No Proliferaci�n de armas nucleares (TNP), al que pertenece Ir�n, no proh�be este proceso siempre y cuando tenga objetivos pac�ficos. Sin embargo, seg�n el OIEA esa buenas voluntades no se han podido comprobar en el caso iran�.
Las mayores sospechas surgen en la Administraci�n estadounidense de George W. Bush, que ha incluido a este pa�s en su particiular 'Eje del Mal'. Le se�ala como fuente de terrorismo isl�mico y asegura que oculta un programa secreto para la adquisici�n de armas nucleares. Incluso ha advertido a Teher�n de que no descarta la v�a militar como �ltimo recurso para resolver el conflicto.
Acuerdos incumplidos
Tras arduas negociaciones, en octubre de 2003 Ir�n acord� con los ministros de Exteriores de Alemania, Francia y el Reino Unido (UE-3) una suspensi�n voluntaria de su programa de enriquecimiento de uranio. A cambio, la UE-3 se compromet�a a buscar una soluci�n negociada al contencioso en vez de impulsar una denuncia contra este pa�s en el Consejo de Seguridad de la ONU.
La senda positiva prosigui� en noviembre de 2004, cuando se sell� el llamado Acuerdo de Par�s, en el que Ir�n reiteraba su voluntad de mantener suspendido su programa nuclear mientras negociaba con la UE un amplio paquete de incentivos econ�micos, pol�ticos y nucleares a cambio de no fabricar su propio combustible.
Sin embargo, en agosto de 2005, con Ahmadineyad ya en el poder y ante la supuesta falta de progreso en las negociaciones, decidi� reactivar la planta de conversi�n de uranio que posee en la zona de Isfah�n, en el centro del pa�s, donde se transforma el polvo en bruto de uranio en gas, como paso previo para enriquecer ese mineral. Las conversaciones con los europeos quedaron interrumpidas.
El 21 de diciembre, la UE-3 volvi� a reunirse con una delegaci�n iran� para analizar la posibilidad de retomar el di�logo. Tras ocho horas de conversaciones, acordaron reunirse de nuevo en enero. D�as despu�s, el anuncio de Ir�n de que va a reanudar los trabajos de investigaci�n y desarrollo nuclear que suspendi� en 2003 vuelve a a dejar en suspenso la posibilidad de un acuerdo.
En el aire queda tambi�n la propuesta rusa de que la Rep�blica Isl�mica prosiga con su programa nuclear, pero desarrolle el enriquecimiento de uranio en este pa�s, bajo la vigilancia de la comunidad internacional. Ir�n lo rechaza con el argumento de que tiene derecho a hacerlo dentro de sus propias fronteras.